¡Lo prometido es deuda!

Ya sabéis que en Eme Montessori, los peques se desarrollan, crecen y aprenden con sus pies libres de zapatos :). Hace unos días os prometimos daros nuestras razones de peso de por qué nos encanta ir descalzos en la escuela.

Aquí os dejamos nuestras 10 razones y argumentos más importantes sobre esta práctica:

– Los niños que andan descalzos perciben el mundo que están descubriendo de otra manera, debido a que tienen un contacto más profundo y directo con su entorno.

-Los zapatos les privan de libertad y sensaciones, por eso, andar descalzos les permite conocer a través del sentido del tacto diferente información sobre lo que pisan, dándoles información sobre, por ejemplo, las sensaciones térmicas, rugosidades, asperezas, materiales, formas…

Ayuda al desarrollo: un pie descalzo adopta posiciones que con un zapato le es imposible adoptar. Fortaleciendo la musculatura tanto del pie como del tobillo (este aspecto ayuda al niño a caminar, saltar, correr…).

-Ayuda a que se forme el arco plantar, por lo que previene los pies planos.

Mejora su equilibrio y estabilidad, debido a que los dedos están completamente libres para moverse. Pueden cerrarlos y abrirlos para equilibrarse mejor que si llevaran zapatos, por ello, quitarles los zapatos es quitarles un obstáculo para que aprendan a andar.

– Les ayuda a conocer y comprender su cuerpo (propiocepción).

– Los pies son unos maravillosos receptores sensoriales, durante los 9-10 primeros meses de vida, el bebé tiene una sensibilidad más fina en los pies que en las manos.

– La percepción de la posición y movimiento de los pies en relación con el espacio juegan un papel importantísimo en el sistema nervioso central de los peques. Los pies descalzos, sin duda, contribuyen a un desarrollo de la inteligencia más óptimo.

– Ir descalzo en el aula nos ayuda a mantener nuestro suelo limpio. De manera que si los bebés van gateando por el suelo, o los  peques deciden tumbarse o jugar sobre él, no estará manchado por las suelas de los zapatos que utilizamos en la calle.

10ºNos sentimos cómodos. ¿Hay algo más placentero que llegar al aula (o a casa) y descalzarte? En el aula nos gusta sentirnos a gusto, cómodos y ¡Cómo en casa!