Hoy queremos compartir con vosotros/as algunas de las sensaciones, aprendizajes y vivencias que nos aportó nuestro último viaje de estudio a Reggio Emilia.

Hace ya varias semanas que “aterrizamos” de nuevo en nuestra escuela, y todavía estamos asimilando todo lo aprendido y vivido durante nuestra estancia en Italia. Es muy complicado sintetizar todo lo que ha supuesto esta formación, después de vivir una experiencia formativa, inspiradora y emocionante, que nos aportó muchas cosas bonitas no sólo a nivel profesional, sino también a nivel personal.

La primera jornada de formación comenzó en el Centro Internacional de Investigación y Documentación sobre la Infancia Gloria Tognetti. En el que pudimos conocer de primera mano el proyecto pedagógico de San Miniato. Además, pudimos visitar dos de sus escuelas:

-La primera y más antigua: “Nido Pinocchio”, repleta de espacios inspiradores, y con un ambiente colmado de una esencia y magia especial.

-La última en construirse y más nueva: “Nido la Chiocciola”, con espacios innovadores, diáfanos e impresionantes por su arquitectura y distribución.

En ambas escuelas (al igual que en el Centro Internación de Investigación), tuvimos una acogida increíble, y se nos permitió disfrutar de las escuelas en pleno funcionamiento pudiendo observar momentos de rutinas diarias como: la hora de comer, de aseo y la siesta; el funcionamiento de las escuelas o la salida de los peques al finalizar la jornada.

San Miniato fue un verdadero descubrimiento y lo vivido y aprendido allí es, sin duda, uno de los aprendizajes más bonitos y significativos que nos aportó este viaje.

La segunda jornada tuvo lugar en el Centro Internacional Loris Malaguzzi de Reggio Emilia, dónde recordamos los valores pedagógicos, históricos y culturales de las Escuelas de Reggio.

Además, ese día, pudimos realizar un recorrido interactivo por varios Atelieres increíbles, acompañados de un Atelierista que nos explicó cómo trabajaba en ellos.

De esta jornada destacaría lo increíble y maravilloso que es ver como una ciudad completa, como comunidad, defiende y hace posible que los niños puedan aportar cultura a la ciudad y como van redefiniendo la ciudad completa gracias a las aportaciones de los más pequeños.

Por último, en nuestra tercera jornada de formación, visitamos Remida Bologna- Centro de Reciclaje Creativo. En el que nos presentaron el proyecto de Investigación “Píldoras de Experiencia” y dónde pudimos disfrutar y experimentar en los diferentes atelieres.

En el que nos volvió a sorprender como toda la comunidad colabora para poder dar un segundo uso a materiales a través del reciclaje. Y como se trabaja en red para que, desde las escuelas, los peques puedan dar uso creativo a materiales reciclados.

Sin duda, este viaje de estudio ha supuesto para la dirección de Eme Montessori una experiencia vital fundamental para reforzar ese cambio de mirada hacia la infancia que vemos tan necesario en nuestro país, y que cada día intentamos potenciar desde nuestra pequeña escuela.